lunes, 1 de noviembre de 2010

¿Que es un infarto?

La definición de infarto como tal es la necrosis por isquemia, es decir, muerte de un tejido por falta de irrigación.

El corazón es el órgano del cuerpo humano que más trabaja, dentro de todo el organismo. A lo largo de la vida, se encarga de bombear continuamente la sangre rica en oxígeno y los nutrientes vitales a través de las arterias a todos los órganos y tejidos del cuerpo. Tiene su propio sistema arterial, conocido como arterias coronarias, las cuales transportan la sangre rica en oxígeno al músculo cardíaco (el miocardio).

Si el flujo sanguíneo al miocardio se interrumpe, ocurre una lesión conocida como infarto, o en otras palabras, un infarto al miocardio, llamado de forma popular ataque cardíaco o ataque al corazón.

Existen factores de riesgo en los infartos, los más frecuentes son: edad avanzada: (son mucho más frecuentes en personas mayores de 60 años). El tipo de sexo que posea la persona, ya que los hombres son más propensos a sufrirlos que las mujeres. Otro punto es la herencia, ya que las personas que tienen familiares con antecedentes de haber padecido enfermedades coronarias, tienen mayor probabilidad de padecer alguna enfermedad de este tipo. Asimismo el tabaco, la hipertensión arterial, la diabetes mellitas, la obesidad (sobretodo la mórbida), el sedentarismo y la hipertensión no controlada.

El infarto se caracteriza por un dolor torácico intenso y prolongado que se percibe como una presión intensa, y que puede extenderse a brazos y hombros sobre todo izquierdos, espalda, e incluso los dientes y la mandíbula. El dolor del infarto se describe como un puño enorme que retuerce el corazón, es algo muy similar al dolor que produce la angina de pecho, pero más prolongado. El miocardio, o músculo del corazón, puede llegar a sufrir un infarto, cuando existe una enfermedad coronaria avanzada.

Cuando el músculo cardíaco carece de oxígeno durante demasiado tiempo en el momento del infarto, el tejido de esa zona muere y no se regenera. Cuanto más dure el ataque, más daño sufrirá el corazón y mayor será la posibilidad de mortalidad.

La corona de vasos sanguíneos que llevan oxígeno y nutrientes al propio músculo cardíaco (vasos "coronarios") puede desarrollar placas de ateroma, lo que compromete en mayor o menor grado el flujo de oxígeno y nutrientes al propio corazón, con efectos que varían desde una angina de pecho (cuando la interrupción del flujo de sangre al corazón es temporal) a un infarto de miocardio (cuando es permanente e irreversible).

Si el área de infarto es pequeña y no compromete al sistema que controla los latidos del corazón, las probabilidades de sobrevivir a un infarto son altas. Sin embargo, una de cada tres personas que sufren un infarto muere antes de poder recibir atención médica; por este motivo es que ante la presencia de los síntomas se debe actuar de inmediato.