miércoles, 3 de noviembre de 2010

¿Cuantos años vive un perro?

El perro tiene una esperanza de vida que depende de la raza, exactamente del tamaño del animal.

Los perros de las razas de gran tamaño o razas gigantes, como el Mastín o el Gran Danés, tienen una longevidad mucho más baja que las razas de pequeño tamaño, o también llamadas razas Toy, como el Yorkshire Terrier o el Maltés.
Frente a los 20 años que puede llegar a vivir un perrito pequeño el mismo animal si fuese de raza gigante apenas podría aspirar a superar los 8 años de vida.

Por ejemplo, a partir de 12 años se considera que el perro ya es viejo si es de raza pequeña, como el Yorkshire o el Pekinés. Un perro mediano, como el Cocker spaniel o el Bulldog inglés, no es viejo hasta pasados los 10 años. Los perros de razas grandes, como el Dálmata o el Setter ingles, con más de 9 años ya son viejos. Son viejos los perros de razas gigantes, como el Mastín napolitano o el San Bernardo, cabo de unos 7 u 8 años de vida.

Entre los 20 años de los perros Toy y los 8 años de los enormes perros que puede llegar a vivir la subespecie Canis familiaris familiaris, o también conocida como perro, se sitúan los valores de edad relativos a los perros de tamaño intermedio, lógicamente, pero también a los perros sin raza o mejor dicho, los perros mestizos.
Un perro de raza mediana, como el Chow chow o el Grifón, así como cualquier perro mestizo tiene una longevidad media de unos 14 años.
Como si se tratase puramente de una operación matemática, es algo evidente que un perro de raza de tamaño medio tiene una esperanza de vida intermedia entre un perro de raza de pequeño tamaño y otro de raza gigante.

Como se ve, la esperanza de vida del perro no depende únicamente del tamaño según si es de una raza u otra, también depende propiamente de si es un perro de raza pura o no.

Por otra parte, la esperanza de vida de nuestro perro se alargará con unos cuidados adecuados.
Por lo que es muy importante entender los cuidados que necesita esta especie, no sólo para proporcionarle la calidad de vida que se merece nuestro amigo, también para que su longevidad aumente y gozamos más años de su buena compañía.